Es natural sentir estrés, ansiedad, dolor y preocupación durante y después de un desastre. Todos reaccionan de manera diferente y sus propios sentimientos cambiarán con el tiempo. Observe y acepte cómo se siente.

Cuidar su salud emocional durante una emergencia lo ayudará a pensar con claridad y reaccionar ante las necesidades urgentes de protegerse y proteger a su familia. El cuidado personal durante una emergencia ayudará a su curación a largo plazo.

Recomendaciones para reducir niveles de ansiedad:

• Cuide su cuerpo: realice estiramientos del cuerpo, del cuello, hombros, espalda, realice respiraciones profundas, el yoga ayuda mucho a que el cuerpo se relaje y flexibilice. Evite el alcohol, el tabaco y otras drogas. Intente comer comidas saludables y bien balanceadas,  y duerma lo suficiente.
• Conéctese con otros: comparta sus preocupaciones y cómo se siente con un amigo o familiar. Mantenga relaciones saludables y cree un sistema de apoyo sólido. No contacte a personas que tienen muchos problemas o que le cuentan o comparten cosas negativas, trate de rodearse de gente positiva, y que le dará animo en estas circunstancias.
• Tome descansos: tómese el tiempo para relajarse. Si requiere dormir, respirar, relajarse hágalo.
• Trate de hacer actividades que  disfruta: Solo usted sabe que le sienta bien, escúchese! Hay actividades que suelen ayudar mucho a calmar la ansiedad como pintar mandalas, ver películas o programas positivos, motivadores, escuchar su musica preferida, colocar aromas relajantes, automasaje, etc.
• Evite la exposición excesiva a las noticias: tome descansos para mirar, leer o escuchar noticias. Puede ser molesto escuchar sobre la crisis y ver imágenes repetidamente. Trate de hacer actividades agradables y regrese a la vida normal tanto como sea posible y busque actualizaciones entre los descansos.
• Busque ayuda cuando sea necesario: si la angustia afecta las actividades de su vida diaria durante varios días o semanas, hable con un psicólogo de confianza, que le ayude con otra mirada.

Esté atento a estos signos comunes de angustia:

• Sentimientos de entumecimiento, incredulidad, ansiedad o miedo.
• Cambios en el apetito, la energía y los niveles de actividad.
• Dificultad para concentrarse.
• Dificultad para dormir o pesadillas y pensamientos e imágenes perturbadores.
• Reacciones físicas, como dolores de cabeza, dolores corporales, problemas estomacales y erupciones cutáneas.
• Empeoramiento de problemas crónicos de salud.
• Ira o mal genio.
• Mayor uso de alcohol, tabaco u otras drogas.

Si experimenta estos sentimientos o comportamientos durante varios días seguidos y no puede llevar a cabo las responsabilidades normales debido a ellos, busque ayuda profesional.